viernes, 2 de abril de 2010

Alma y Vida




Cuando en la segunda parte de la década del sesenta Leonardo Favio paró con la música para ponerse a filmar Juan Moreira, su banda operativa se transformó en Alma y Vida, uno de los experimentos más singulares y sólidos de la historia del rock hecho en argentina (que nunca me pareció merecer el mote de "nacional", pero esa es otra historia)

Habían descubierto en Montevideo aquél album de Blood Sweat & Tears que traía temas como "La Rueca" y "Me hiciste tan felíz" y la llave térmica de sus cabezas había saltado por aires.

Alma y Vida nace entonces inspirada centralmente en esa súper banda norteamericana que intentó abrazar al rock desde una visión y una instrumentación provenientes del Jazz. Bueno es reconocer que Alma y Vida logró una síntesis más coherente que BS&T puesto que éstos no lograron nunca ensamblar al Jazz con el Rock dado que la mayoría de sus canciones eran en realidad un tema que en la mitad cambiaba de ritmo y se armonizaba muy a la Jazz para luego volver como si nada a la balada del comienzo. Algo así como lo que hace Almendra en "A esos hombres tristes": introducir solos y estéticas jazzeras dentro de una determinada canción. Los Arco Iris también lo hicieron en muchas de sus obras.

Bien, Alma y Vida no se iba tanto al Jazz y sí revestía sus obras con una sonoridad de los vientos estupenda, que le otorgaban a su sonido una "gordura" y un sharme altamente distinguido. Recomiendo escuchar "Pintaré de poemas la ciudad" para disfrutar del trabajo de BaraJ y Moretto en saxo y trompeta respectivamente.



Me animo a señalar que Alma y Vida superó a su inspirador, e incluso fue musicalmente una banda más arriesgada que los propios Chicago, la otra gran formación contemporánea a BS&T. Nunca cayó en la tentación de hacer baladas o temas soul con solos de piano, trompeta, guitarra y saxo en el medio. En eso logró una síntesis mayor. Claro, tenía en su formación figuras monumentales como Gustavo Moretto, Juan Barrueco y Bernardo Baraj y un Carlos Mellino que de una manera muy singular lograba un sound cercano a la aspereza del gran cowboy David Clayton Thomas.


1 comentario:

Daniel dijo...

"A estos hombres tristes" es el tema mas bello que escuché.
Y de Alma y Vida: "Del gemido de un gorrión"

Te cuento una anécdota. En los '70los rockeros que iban a los megarecitales solían ser bastante fundamentalista y tenían (injusta e incomprensiblemente) a Alma y Vida, como una banda comercial.

Cuando subieron al escenario, no podían comenzar un tema por los abucheos. Entonces, se pusieron a "zapar", es decir, improvisar.
Fue tan espectacular lo que hicieron, que terminaron aplaudidos de pie por absoluamente todo el estadio.

Me dió bronca no haber podido escuchar sus buenas canciones testimoniales, pero valoré que tanto "cabeza hueca" entendiera que la música no es propiedad de elitistas.

En el tiempo, sus integrantes siguieron mostrando sus enormes cualidades en nuevas agrupaciones en las que participaron.