domingo, 23 de diciembre de 2007

El Trombón me puede...


Debe haber sido “Mister Trombone” la primera referencia que tuve de este bello instrumento. Es que este hacedor de covers sonaba mucho allá por la década del sesenta. El caso es que un buen día caí en la cuenta de que el sonido del trombón me atrapa, me puede, me seduce, me encanta. Entonces comencé a revolver el altillo de la memoria para encontrar las pruebas; para entender dónde y cuándo surgió esta debilidad.
Y de a poco van apareciendo, contundentes, las evidencias:
Entre las primeras marcas está, sin dudas, la versión de “Bésame mucho” de Ray Conniff. Ahí está el trombón con toda su majestuosidad:
BOM BOROM BOMBOROMBOBOBOMBOM...
(Ese Long Play, titulado “Digalo con música” sonaba muchísimo en aquellos tiempos, recuerdo la versión de “Brasil”, también con el trombón al frente. Mas tarde Conniff casi dejó de tocar y el trombón perdió preeminencia en su música)
Luego viene la famosa “Fantasía de Trombones” de Maysa Matarazzo. Ahí está una montonera de trombones haciendo de las suyas y en el medio esa obrita de arte llamada “Mi mundo cayó” quizá una foto de la pobre vida que tuvo Maysa.
Y seguimos buscando pistas: Cómo no anotar acá la intro que hace Burt Bacharach de “Rezo una pequeña plegaria” Ahí también talla fuerte un trombón (es más, esa intro debe ser una de las cinco mejores de la música popular de los últimos 40 años)
Y por supuesto el comienzo de "Cotidiano"del holandés Chico Buarque... Ahí también el trombón se hace presente en todo su esplendor.
En plena adolescencia fue el trombón de Blood, Sweat & Tears el que me conmovió, básicamente en la Sinfonía para el diablo. Creo que ahí usan un Trombón bajo, lo que es aún más soberbio.
En esa época también me topo con el álbum “UNO” de Bob James. Básicamente con el tema “Valle de las Sombras” En esa obra densa y oscura también creo recordar a Urbie Green creando unos climas fantasmagóricos...
Es que el trombón engorda el sonido (el concepto de “gordura” en la música lo inventó mi amigo Tito Serra, lo aclaro para que no me cobre...) El trombón da clima, suspenso, erotismo y llega a ser trágico como pocos instrumentos. Además cuando te ponés a ver que las notas se hacen soplando, colocando la lengua en distintas posiciones y ajustando la vara, te querés morir... (Por eso en los tiempos frenéticos del Be Bop, el trombón quedó un poco aletargado, dado que por el modo en que se forman las notas, es un poco lento en comparación con el resto de los instrumentos. No obstante hubo por entonces trombonistas maravillosos como Jay Jay Johnson o Kay Winding y más tarde Curtis Fuller. Pero en los últimos tiempos, trombonistas como Conrad Herwig han hallado métodos que lo han agilizado muchísimo)
Mucho, pero mucho tiempo después conocería a grandes trombonistas de la música tropical como Barry Rogers; Papo Vázquez; Juan Pablo Torres o el “Tojo” Generoso Jiménez. Mucho tiempo después me toparía con la “Trombanga” de Eddie Palmieri, aquella idea que, precisamente, le propuso Barry Rogers de reemplazar los violines por trombones en la formación de Charanga (siempre es bueno aclarar que la Charanga es una formación orquestal, no un ritmo)

Mucho más tarde aún me deslumbraría con el portorro William Cepeda, tremendísimo trombonista que además le saca al intrumento toda su capacidad de sugerir climas tórridos

Y bueno, es fácil deducir por qué mis corazón musical se ancla a menudo en la tropical ¿no?

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